Sobornos en el 'cartel del fuego' desde 1999 para garantizarse contratos
El cartel del fuego -un grupo de empresas del sector aéreo dedicadas a la extinción de incendios forestales investigadas por pactar precios e influir en las adjudicaciones públicas de España, Portugal e Italia- corrompió durante años a multitud de políticos y altos cargos de varios territorios, sobre todo de Valenciay Cataluña, para garantizarse la mayor parte de contratos.
Entregas de dinero desde 1999, estancias en balnearios con servicio de masaje, fines de semana en el hotel Villa Gadea de Altea, en Paradores Nacionales, joyas o coches de gama alta son algunas de las dádivas que recibieron. En el registro de la casa de uno de los principales acusados, el ex delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana y ex consejero de Gobernación Serafín Castellano, el secretario judicial anotó hasta 12 relojes, alguno de ellos de elevado coste económico como un Rolex, un Patek Phillippe, un Vacheron Constantin o un Charles Laurine que pueden estar por encima de los 7.000 euros, según consta en el sumario que hasta el viernes permaneció secreto.
La Policía ya ha constatado que muchos de los políticos aceptaron los sobornos de una organización, dirigida por el empresario Vicente Huerta -gerente de Avialsa-, a la que Castellano benefició en Valencia. Si en Valencia la red coincidió con los años de hegemonía del PP; en Cataluña trabajó en profundidad con gobiernos de CIU y PSC.
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